El simbolismo como corriente pictórica constituye un cajón de sastre que supera estilos personales y límites cronológicos. En él tienen cabida figuras tan dispares como Van Gogh, Munch o Klimt. Uno de los precursores del simbolismo fué el parisino Gustave Moreau (1826-1898), cuya obra es posible contemplar en la exposición organizada por el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre en colaboración con el Musée National Gustave Moreau de París.
El mundo de Moreau está plagado de adolescentes andróginos y mujeres fascinantes a la vez que perversas, y en el que se denota una cierta predilección por lo monstruoso. Con un marcado interés por lo oriental que quedá patente tanto en la elección de los temas como en la estética decadente de sus cuadros, la pintura de Moreau combina escenarios imposibles en los que se confunden la arqueología y el sueño, ofreciéndonos un Oriente imaginario y excesivo, que ahora es posible contemplar en esta fascinante muestra que os recomendamos.
Hasta el 7 de enero
Av. General Perón, 40 – 91 581 1628